Congelan compra de aviones por falta de pago
• LEJOS DE MILLONARIAS OPERACIONES.
• NO HAY FONDOS NI PARA ENTRENAMIENTO.
EDGARDO AGUILERA
El presidente Mauricio Macri visitará el próximo jueves 27 a su par de los Estados Unidos, Donald Trump. El comunicado de la Casa Rosada dice que se encontrarán para "avanzar en un diálogo sobre distintos temas de mutuo interés y hacer un repaso de todos los asuntos que conforman la agenda bilateral". No es un secreto que interesa al Gobierno argentino reanudar la exportación de limones a los Estados Unidos, suspendida por la nueva gestión de Trump.
Macri lleva un ancla pesada en el área de la Defensa. Está congelada por falta de pago la negociación para adquirir aeronaves de entrenamiento estadounidenses Beechcraft destinadas a la Fuerza Aérea Argentina.
La venta había sido aprobada en el último lapso de la gestión de Barack Obama. En febrero pasado el secretario de Logística del Ministerio de Defensa, Walter Ceballos, comunicó la compra de 12 aeronaves Beechcraft T-6C Texan II sobre un pedido inicial de 24.
La cantidad se redujo a un escuadrón (12 aparatos) debido al torniquete a las cuentas fiscales que dispuso la Jefatura de Gabinete. La operación es por un total de 156 millones de dólares que incluye además de los aviones, capacitación de técnicos, entrenamiento de pilotos y repuestos. El pedido por los Texan II lo hizo el jefe de la Fuerza Aérea, brigadier general Enrique Amreim al presidente Macri, el año pasado, durante una exposición de las necesidades de reequipamiento de la fuerza. El secretario Ceballos con pasión militante por los grandes contratos empujó la carpeta ante Marcos Peña y Gustavo Lopetegui.
El sí de la Casa Rosada a las aeronaves estadounidenses se encuadró en la percepción que tenía Susana Malcorra de un triunfo seguro de Hillary Clinton en la elección presidencial de los Estados Unidos que no se dio.
Conocido el resultado favorable a Trump y antes de que Obama dejase la presidencia, la Fuerza Aérea desembolsó 10 millones de dólares como primer tramo del adelanto de 50 millones que debe integrar la Argentina para recibir las primeras aeronaves. Amreim quería asegurarse de que la negociación no volviera atrás. A la fecha el país no giró un solo dólar más y la operación cayó en la incertidumbre.
La morosidad criolla impactará de lleno en la provisión de los primeros aparatos. Beechcraft había asegurado la entrega inmediata de 4 aeronaves cuando se hizo el pedido inicial por 24. Recortados a 12 y sin haber completado el pago de adelanto la probabilidad de contar con esos aviones se diluye. También la de negociar algún tipo de compensación sea por mantenimiento, transferencia de conocimientos, tecnología o contratación de servicios que beneficie al sector nacional. La Argentina carece de una ley de offset que es el instrumento utilizado en todo el mundo para garantizar que cuando se invierten grandes sumas en la adquisición de equipos extranjeros, el país comprador reciba compensaciones para el desarrollo de la industria local. Amreim fundamentó la compra del Texan II bajo la premisa de contar con un avión de entrenamiento avanzado. En 2012 la fuerza compró 10 aeronaves nuevas a la firma alemana Grob Aircraft. El Grob TP-120 tiene la capacidad de cubrir el entrenamiento hasta el nivel avanzado, performance adecuada y aviónica que permite ingresar y simular todas las complejidades del vuelo militar, de caza y bombardeo virtual, sin portar armas. Otra versión es que los aviones norteamericanos reemplazarían a los EMB-312 Tucano de la dotación del Grupo Aéreo Escuela. La fuerza siempre hizo hincapié en el Pampa como avión clave para el entrenamiento avanzado, amén de que se trata de un aparato de diseño y fabricación nacional en el que la Fábrica Argentina de Aviones (FAdeA) tiene puestas todas sus esperanzas de supervivencia. Ingenieros y técnicos de la fábrica recuerdan muy bien al Texan.
Defensa hizo más digerible el gasto extra en los Texan remarcando su uso dual tanto en entrenamiento como en operaciones de vigilancia en la frontera norte. El modelo elegido -diseñado para adiestramiento- tiene una mínima capacidad militar puede llevar ametralladoras y cohetes. Difiere de la versión de ataque, el AT-6B que es la aeronave pensada por Beechcraft para misiones de vigilancia, reconocimiento, apoyo a fracciones terrestres y ataque ligero, claro mucho más costosa. Esta última aeronave compitió y perdió con el Super Tucano de Embraer que se alzó con un contrato para dotar de 20 aparatos a la Fuerza Aérea estadounidense.
Macri lleva un ancla pesada en el área de la Defensa. Está congelada por falta de pago la negociación para adquirir aeronaves de entrenamiento estadounidenses Beechcraft destinadas a la Fuerza Aérea Argentina.
La venta había sido aprobada en el último lapso de la gestión de Barack Obama. En febrero pasado el secretario de Logística del Ministerio de Defensa, Walter Ceballos, comunicó la compra de 12 aeronaves Beechcraft T-6C Texan II sobre un pedido inicial de 24.
La cantidad se redujo a un escuadrón (12 aparatos) debido al torniquete a las cuentas fiscales que dispuso la Jefatura de Gabinete. La operación es por un total de 156 millones de dólares que incluye además de los aviones, capacitación de técnicos, entrenamiento de pilotos y repuestos. El pedido por los Texan II lo hizo el jefe de la Fuerza Aérea, brigadier general Enrique Amreim al presidente Macri, el año pasado, durante una exposición de las necesidades de reequipamiento de la fuerza. El secretario Ceballos con pasión militante por los grandes contratos empujó la carpeta ante Marcos Peña y Gustavo Lopetegui.
El sí de la Casa Rosada a las aeronaves estadounidenses se encuadró en la percepción que tenía Susana Malcorra de un triunfo seguro de Hillary Clinton en la elección presidencial de los Estados Unidos que no se dio.
Conocido el resultado favorable a Trump y antes de que Obama dejase la presidencia, la Fuerza Aérea desembolsó 10 millones de dólares como primer tramo del adelanto de 50 millones que debe integrar la Argentina para recibir las primeras aeronaves. Amreim quería asegurarse de que la negociación no volviera atrás. A la fecha el país no giró un solo dólar más y la operación cayó en la incertidumbre.
La morosidad criolla impactará de lleno en la provisión de los primeros aparatos. Beechcraft había asegurado la entrega inmediata de 4 aeronaves cuando se hizo el pedido inicial por 24. Recortados a 12 y sin haber completado el pago de adelanto la probabilidad de contar con esos aviones se diluye. También la de negociar algún tipo de compensación sea por mantenimiento, transferencia de conocimientos, tecnología o contratación de servicios que beneficie al sector nacional. La Argentina carece de una ley de offset que es el instrumento utilizado en todo el mundo para garantizar que cuando se invierten grandes sumas en la adquisición de equipos extranjeros, el país comprador reciba compensaciones para el desarrollo de la industria local. Amreim fundamentó la compra del Texan II bajo la premisa de contar con un avión de entrenamiento avanzado. En 2012 la fuerza compró 10 aeronaves nuevas a la firma alemana Grob Aircraft. El Grob TP-120 tiene la capacidad de cubrir el entrenamiento hasta el nivel avanzado, performance adecuada y aviónica que permite ingresar y simular todas las complejidades del vuelo militar, de caza y bombardeo virtual, sin portar armas. Otra versión es que los aviones norteamericanos reemplazarían a los EMB-312 Tucano de la dotación del Grupo Aéreo Escuela. La fuerza siempre hizo hincapié en el Pampa como avión clave para el entrenamiento avanzado, amén de que se trata de un aparato de diseño y fabricación nacional en el que la Fábrica Argentina de Aviones (FAdeA) tiene puestas todas sus esperanzas de supervivencia. Ingenieros y técnicos de la fábrica recuerdan muy bien al Texan.
Defensa hizo más digerible el gasto extra en los Texan remarcando su uso dual tanto en entrenamiento como en operaciones de vigilancia en la frontera norte. El modelo elegido -diseñado para adiestramiento- tiene una mínima capacidad militar puede llevar ametralladoras y cohetes. Difiere de la versión de ataque, el AT-6B que es la aeronave pensada por Beechcraft para misiones de vigilancia, reconocimiento, apoyo a fracciones terrestres y ataque ligero, claro mucho más costosa. Esta última aeronave compitió y perdió con el Super Tucano de Embraer que se alzó con un contrato para dotar de 20 aparatos a la Fuerza Aérea estadounidense.
fuente: www.ambito.com