Malestar entre pilotos de la Fuerza Aérea por el avance de una empresa de Franco Macri
Política y aviones
Con el pase "a retiro" de la flota presidencial, advierten la presencia en la Casa Rosada de ejecutivos de MacAir, la firma del padre del Presidente.
Tras la decisión del gobierno de Mauricio Macri de dejar de volar el Tango 01 y jubilar otros aviones de la flota presidencial, una decena de pilotos de la Fuerza Aérea Argentina (FAA) afectados al área presidencial fueron enviados a nuevos destinos. La pérdida de esta posición genera recelos en la fuerza, directamente proporcionales a la influencia cada vez mayor en Presidencia de la empresa MacAir, del grupo empresarial que lidera Franco Macri.
Carlos Colunga y su hijo Diego, son las cabezas visibles de esta compañía con llegada privilegiada a la Casa Rosada. En el ambiente aeronáutico fue muy comentada una reunión de hace dos semanas del jefe de la Fuerza Aérea, brigadier Enrique Amrein, con el jefe de Gabinete Marcos Peña, el ministro de Defensa, Julio Martínez, en la que participaron también los Colunga, padre e hijo. Amrein pidió volver a la situación anterior al kirchnerismo, cuando los pilotos presidenciales pertenecían exclusivamente a la fuerza. No tuvo suerte. “¿Vos sabés lo que estás diciendo?”, le lanzó enfático Colunga padre al jefe militar, según el relato que hizo las delicias en las sobremesas de los amantes de cielos y aviones.
Es que, según fuentes aeronáuticas, de los aviones que quedan en la flota oficial en servicio, el T-10 -un Lear Jet- está siendo volado únicamente por pilotos civiles y queda sólo un F-28 con pilotos militares a disposición de la Presidencia.
En el “pase a retiro” del Tango 01 habría habido irregularidades que las malas lenguas insisten en cargarle a los Colunga como “asesores” de la Rosada. Para llevarlo de Aeroparque al hangar de El Palomar tuvieron que ir a buscarlo al desplazado Sergio Velázquez, el piloto civil de confianza de los Kirchner, por ser el único aún habilitado para este Boeing 757. Un alto jefe de la Fuerza Aérea, se asegura, avisó “con anticipación” a Presidencia que los otros pilotos del Tango 01 ya tenían vencida su habilitación, por lo que correspondía enviarlos a Estados Unidos a hacer horas de simulador. Pero en la Rosada no se inquietaron. Ordenes “superiores” hicieron que un copiloto idóneo, pero con habilitación vencida, secundara a Velázquez en ese último vuelo a El Palomar.
En la FAA muchos recelan de esta influencia creciente de MacAir, de la que Clarín ya dio cuenta en su edición del 26 de diciembre. “Carlos Cobas [gerente de la empresa] está permanentemente en la unidad área presidencial y da órdenes”, se afirma con disgusto. Cuentan también que Colunga padre discutió duro con un comodoro y desde entonces él y su hijo disminuyeron su presencia en los hangares de Presidencia en Aeroparque. Clarín consultó a la Casa Rosada por el rol de Colunga y su empresa, pero la respuesta se limitó a señalar que en Presidencia trabaja “una persona” proveniente de la empresa. Habría un giro en todo esto: según publicó ayer el diario La Nación, la colombiana Avianca estaría a punto de comprar Macair, con lo que no habría conflicto de intereses en la prestación de servicios aeronáuticos a Presidencia.
Hay lazos que unen también a la FAA con esta empresa que oficialmente pertenece a SIDECO, del holding del padre del Presidente. Cuatro Lear Jet basados en la II Brigada Aérea de Paraná son habitualmente enviados a MacAir para mantenimiento. En su página web, la compañía de taxis aéreos informa que también hace mantenimiento de los aviones verificadores (los Lear Jet) de la FAA. En este momento a una de esas aeronaves (el T-25) se le está haciendo el servicio de 300 horas. Hay que decir que este contrato no nació en la gestión macrista, viene desde hace mucho.
MacAir busca seguir con el mantenimiento de los Lear Jet y hacerse cargo también del de los Saab 340 de la Fuerza Aérea, que iba a hacer la empresa Sol, que quebró a poco de terminarse el gobierno kirchnerista.
fuente: www.clarin.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario