Devaluación también impactó en construcción de 40 aviones Pampa
• Se complica provisión de partes que deben importarsePor: Edgardo Aguilera
Única unidad del IA 63 Pampa III que ya fue expuesta. Será la única aeronave que, por ahora, la Fábrica Argentina de Aviones podrá entregarle a la Fuerza Aérea que lo destinará a entrenamiento de combate.
La devaluación paralizó el proyecto de construir 40 aviones IA-63 Pampa III para la Fuerza Aérea Argentina.
La Fábrica Argentina de Aviones Brigadier San Martín (FAdeA) tenía planificado poner en vuelo el primer aparato de esa serie en marzo o abril de 2014.
Los interrogantes financieros derivados del costo del dinero y el arrastre de deudas impagas (en divisas) contraídas durante la gestión del expresidente de la firma estatal, Raúl Argañaraz, retrasaron el programa estrella, sólo se podría completar con suerte el E-823 en ésa fecha.
Se trata del ejemplar de exposición que luego se desarmó, volvió a la línea de producción donde sería reensamblado para cumplir con la primera entrega.
El desarrollo y producción en serie de 40 máquinas del sistema de armas IA 63 Pampa III se concibió como el producto locomotora y de proyección de la firma en el mercado internacional con una primera etapa regional,
Es un avión evolucionado del Pampa II, monomotor, subsónico, biplaza en tándem, de ala alta, destinado al entrenamiento avanzado de pilotos de combate con capacidad de ataque ligero. El sistema ofrece -según la web oficial- una integración con simulador de vuelo, soporte logístico integrado, armamento y sensores asociados.
La agenda de producción preveía contar con un aparato a partir del primer cuatrimestre y luego a razón de uno o dos por mes hasta completar los 40 a fin de 2015. Los anuncios extraídos del masterplan productivo se efectuaron el 10 de octubre de 2013, en la ceremonia del 86ª aniversario de la creación de la compañía estatal.
El nuevo Pampa -al igual que la vieja versión-, tiene casi todos sus componentes importados. Las partes críticas de la aeronave, tren de aterrizaje, motor, instrumental de cabina, sensores, ni qué hablar si se piensa en el sistema de armas, deben ser provistos por firmas extranjeras y pagados en dólares.
FAdeA nunca reveló cuánto cuesta el nuevo avión, la única referencia de valor data de la época privada cuando la conducía Lockheed Martin, oscilaba entre 8 y 9 millones de dólares.
La política doméstica teñida de la cuestión Malvinas entró al proyecto Pampa y demandó reemplazar a los proveedores con olor a OTAN. Más allá de cuestiones estratégicas la remoción contribuyó a la demora del programa y hubo que adecuar diseños y la cadena logística. Desplazaron a Martin Baker, de origen británico, pero que ensambla en Italia, fabricante de los asientos eyectables, y se hizo un convenio con la empresa rusa Zvedza que sólo vendió dos asientos modelo K-36 para maquetas del Pampa III destinadas a exposición estática, uno se colocó en el mentado E-823. Según a quién se pregunte, el contrato con los rusos "es sólo un convenio con promesa de pago" o "no se pagó aún lo acordado por ocho asientos".
Contingente
El presupuesto de Defensa para 2014 en mantenimiento y producción es de $ 983.067.979. en gran parte se destina al funcionamiento de las actividades de FAdeA que dispone de $ 530.281.533 para producción aérea y se asignarían entre otros al proyecto Pampa III. Al cambio oficial son poco más de 66 millones de dólares, pero hay cuentas impagas que tironean de la manta.
Expertos en salidera verbal los administradores kirchneristas denominan "obligaciones contingentes" a cuantiosas deudas con proveedores, todas en moneda extranjera, entre ellas, unos 15 millones de dólares a la israelí Elbit Systems, que es la encargada de la modernización del cockpit del nuevo Pampa III; 4 millones a Honeywell, proveedor de la turbina para ese avión; 11 millones al conglomerado israelí IAI, por un contrato de modificación del Pucará; 12 millones a la francesa Turbomeca, unos u$s 500 mil a la estadounidense Derco, proveedor de repuestos para Hércules C-130 y 11 millones de euros a la firma alemana Grob Aircraft por la adquisición de aviones de entrenamiento.
A principios de noviembre de 2013, antes de desatarse la crisis devaluatoria, se amplió la partida de producción para la defensa por decreto Nº 1757/ 2013, un salvavidas de 90 millones de pesos que ya expiró.
La Fábrica Argentina de Aviones Brigadier San Martín (FAdeA) tenía planificado poner en vuelo el primer aparato de esa serie en marzo o abril de 2014.
Los interrogantes financieros derivados del costo del dinero y el arrastre de deudas impagas (en divisas) contraídas durante la gestión del expresidente de la firma estatal, Raúl Argañaraz, retrasaron el programa estrella, sólo se podría completar con suerte el E-823 en ésa fecha.
Se trata del ejemplar de exposición que luego se desarmó, volvió a la línea de producción donde sería reensamblado para cumplir con la primera entrega.
El desarrollo y producción en serie de 40 máquinas del sistema de armas IA 63 Pampa III se concibió como el producto locomotora y de proyección de la firma en el mercado internacional con una primera etapa regional,
Es un avión evolucionado del Pampa II, monomotor, subsónico, biplaza en tándem, de ala alta, destinado al entrenamiento avanzado de pilotos de combate con capacidad de ataque ligero. El sistema ofrece -según la web oficial- una integración con simulador de vuelo, soporte logístico integrado, armamento y sensores asociados.
La agenda de producción preveía contar con un aparato a partir del primer cuatrimestre y luego a razón de uno o dos por mes hasta completar los 40 a fin de 2015. Los anuncios extraídos del masterplan productivo se efectuaron el 10 de octubre de 2013, en la ceremonia del 86ª aniversario de la creación de la compañía estatal.
El nuevo Pampa -al igual que la vieja versión-, tiene casi todos sus componentes importados. Las partes críticas de la aeronave, tren de aterrizaje, motor, instrumental de cabina, sensores, ni qué hablar si se piensa en el sistema de armas, deben ser provistos por firmas extranjeras y pagados en dólares.
FAdeA nunca reveló cuánto cuesta el nuevo avión, la única referencia de valor data de la época privada cuando la conducía Lockheed Martin, oscilaba entre 8 y 9 millones de dólares.
La política doméstica teñida de la cuestión Malvinas entró al proyecto Pampa y demandó reemplazar a los proveedores con olor a OTAN. Más allá de cuestiones estratégicas la remoción contribuyó a la demora del programa y hubo que adecuar diseños y la cadena logística. Desplazaron a Martin Baker, de origen británico, pero que ensambla en Italia, fabricante de los asientos eyectables, y se hizo un convenio con la empresa rusa Zvedza que sólo vendió dos asientos modelo K-36 para maquetas del Pampa III destinadas a exposición estática, uno se colocó en el mentado E-823. Según a quién se pregunte, el contrato con los rusos "es sólo un convenio con promesa de pago" o "no se pagó aún lo acordado por ocho asientos".
Contingente
El presupuesto de Defensa para 2014 en mantenimiento y producción es de $ 983.067.979. en gran parte se destina al funcionamiento de las actividades de FAdeA que dispone de $ 530.281.533 para producción aérea y se asignarían entre otros al proyecto Pampa III. Al cambio oficial son poco más de 66 millones de dólares, pero hay cuentas impagas que tironean de la manta.
Expertos en salidera verbal los administradores kirchneristas denominan "obligaciones contingentes" a cuantiosas deudas con proveedores, todas en moneda extranjera, entre ellas, unos 15 millones de dólares a la israelí Elbit Systems, que es la encargada de la modernización del cockpit del nuevo Pampa III; 4 millones a Honeywell, proveedor de la turbina para ese avión; 11 millones al conglomerado israelí IAI, por un contrato de modificación del Pucará; 12 millones a la francesa Turbomeca, unos u$s 500 mil a la estadounidense Derco, proveedor de repuestos para Hércules C-130 y 11 millones de euros a la firma alemana Grob Aircraft por la adquisición de aviones de entrenamiento.
A principios de noviembre de 2013, antes de desatarse la crisis devaluatoria, se amplió la partida de producción para la defensa por decreto Nº 1757/ 2013, un salvavidas de 90 millones de pesos que ya expiró.
fuente: www.ambito.com
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