«Se adoptó la decisión de iniciar negociaciones con uno de los proveedores» (Dassault), afirmó el canciller brasileño Celso Amorim tras la reunión entre el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y Luiz Inácio Lula da Silva, en la que se acordó la adquisición de 36 cazas franceses Rafale. Quedaron en el camino los contratistas norteamericanos, quienes ofrecían el F-18 Super Hornet; y los suecos, con su Gripen.
La visita de Sarkozy, invitado de honor del presidente Lula para los festejos de la Independencia, deja a Brasil ubicado en el cenit de la capacidad bélica (potencial) de la región. No tiene competencia ni la tendrá por varias décadas. Aunque todo este material negociado: 4 submarinos convencionales, uno nuclear, 50 helicópteros EC-725 y ahora los 36 aviones caza de última generación Rafale, está en los planos.
Los dos acuerdos con mayor certeza de ejecución son el de la construcción de submarinos clase Scorpene y la provisión de los helicópteros de transporte. El primer submarino estará listo en 2015 y entrará en operaciones recién en 2017, según las previsiones del astillero constructor francés DCNS.
A la Armada brasileña y al propio Lula les interesa la rapidez en la construcción de los cuatro sumergibles convencionales -por su utilización en la custodia de recursos-, pero mucho más la oferta que cerró el negocio: Francia transferirá conocimiento tecnológico de punta mediante un programa que permitirá a Brasil desarrollar partes sensibles del proyecto Scorpene en un astillero operado por la empresa local Odebrecht.
También DCNS prestará asistencia en la parte «no nuclear» de la construcción del submarino nuclear de los marinos brasileños. Ésta es la cereza de la torta, ¿habrá protocolos o acuerdos reservados que permitan el intercambio de know how atómico para el desarrollo del propulsor nuclear del sumergible?
Las adquisiciones de Brasil impactan por el monto en juego (se habla de unos u$s 12.000 millones) y la calidad de los pertrechos, pero es mucho más importante haber conseguido transferencia de tecnología. El conocimiento permitirá a Brasil ampliar la matriz de las industrias de defensa locales, al equipararlas al nivel global. Es la diferencia sustancial en términos de poder relativo con sus vecinos de América del Sur.
Su capacidad de desarrollar submarinos y, si se confirma la venta de los cazas Rafale, de fabricarlos en la planta de Embraer, implica sin más la superación de la dependencia de proveedores internacionales y la posibilidad de colocar esos productos a países de la región.
Amorim afirmó a los periodistas que las negociaciones con Francia por la adquisición de 36 cazas Rafale fabricados por Dassault permiten a Brasil vender el avión a sus vecinos de América Latina.
Chile era hasta ahora -con sus flamantes cazas F-16 estadounidenses, sus tanques alemanes Leopard de reconocida performance, sus dos submarinos franceses Scorpene y las fragatas adquiridas a los británicos- el país mejor pertrechado habida cuenta de la modernidad de los sistemas de armas. Sin embargo, el material fue adquirido «de la góndola», y, en consecuencia, la logística de fondo depende de la buena relación con los proveedores originales. Sin contar que la diversidad de países de origen de esos armamentos agrega complicaciones financieras a la hora de conseguir repuestos, mientras que la única fuente del Brasil, Francia, mejora la cadena de aprovisionamiento.
fuente:www.ambito.com
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