Con eso esperan cerrar el conflicto por Aerolíneas
Por: Sergio Dattilo
La noticia que trajeron los emisarios de Marsans al Gobierno fue que el ICO (Instituto de Crédito Oficial) va a prestarle u$s 250 millones «cash» para financiar parte de la compra de quince aviones Airbus que renovarán la flota de la reestatizada Aerolíneas Argentinas. Así lo revelaron ayer fuentes oficiales, al mismo tiempo que la noticia se publicaba en medios españoles.
Ese monto no pasará, obviamente, por las arcas del Estado argentino, sino que se remitirá al fabricante aeronáutico. La decisión de otorgar ese crédito, tal como adelantara este diario, había sido tomada en el Consejo de Ministros (reunión de gabinete) del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero el pasado 29 de mayo, sin que se determinara el monto a prestar. Vicente Muñoz y Eduardo Aranda -los emisarios de Marsans que el miércoles se reunieron con el ministro Julio De Vido y el secretario de Transporte Ricardo Jaime- conocían la cifra y la transmitieron.
Las cosas están tan bien entre Marsans y el Gobierno de los Kirchner que, por decisión de Jaime, ambos ejecutivos regresaron a Madrid el mismo miércoles por la noche, por Aerolíneas Argentinas, en primera clase y con pasajes de cortesía, sin cargo. O sea, como tantos otros, pagados por los contribuyentes argentinos.
Se entiende entonces la encendida defensa que viene desde los más altos estratos del Gobierno y de los gremios aeronáuticos: todos están bebiendo de la abundante leche que mana de la aerolínea «recuperada». Hasta la fecha, contando la compra de los Embraer, los dos Boeing 737-700 y de los 15 Airbus que forman parte del convenio con Marsans, el erario habrá invertido más de u$s 2.100 millones en aeronaves, monto al que habrá que sumarle los u$s 30 millones mensuales promedio que viene insumiéndoles a las arcas públicas el déficit operativo de Aerolíneas y el pago de la nómina salarial.
Lo cierto es que Muñoz y Aranda pudieron optar por viajar por su propia empresa, Air Comet, pero como el vuelo de ésta parte al mediodía, en lugar de quedarse una noche más en Buenos Aires optaron por aceptar el convite oficial y abordar el de Aerolíneas Argentinas que decoló a la medianoche.
El ICO, cabe recordarlo, había aportado u$s 1.000 millones al salvataje conocido por entonces como «blindaje» concedido al Gobierno de Fernando de la Rúa. Ese crédito nunca se pagó, por lo que en un principio las autoridades españolas aspiraban a hacer un aporte simbólico a la compra de los Airbus que iban a ser de Marsans: o sea, «condonar» parte de esa deuda y que el Gobierno argentino aplicara ese monto hipotético a la operación aérea. Esto fue rechazado por los Kirchner, que pidieron un nuevo aporte de fondos, y dada la conocida flexibilidad -en más de un área- del Gobierno de Zapatero, finalmente aceptó ampliar en u$s 250 millones aquella vieja línea de crédito.
Como se recordará, Marsans -cuando era dueña de Aerolíneas/Austral y tenía en sus planes comprar también Spanair- firmó un contrato con Airbus para la compra de entre 66 y 70 aeronaves, que iban de los A-320 para cabotaje a los «megajumbos» A-380, de casi 600 pasajeros. De todo eso, el Estado argentino sólo tomará cinco A-340 y diez A-330 (de cuatro y dos turbinas respectivamente), ambos modelos para viajes transoceánicos. El monto de esta operación rondará los u$s 1.400 millones, de los que España aportará los mencionados u$s 250 millones. El resto saldrá de las arcas del Tesoro argentino, o de algún crédito bancario que -igual que sucederá con el otorgado por el brasileño BNDES para la compra de la flota de Embraer- deberá pagar algún gobierno futuro.
Para Marsans el acuerdo con los Kirchner -la intención oficial es anunciarlo antes del 28 de junio- representará salir definitivamente de la Argentina, y recuperar u$s 120 millones de los u$s 150 millones que aportó como seña a Airbus por la compra de los 66/70 aviones. A cambio, renunciará a la demanda presentada ante el CIADI y a cualquier otro reclamo por la confiscación de sus activos en el país. Para el Estado español, será una mancha más en su curtida piel de tigre: desde que la entonces estatal Iberia tomó el control de Aerolíneas en la década del 90, lleva aportados más de u$s 2.700 millones en ese barril sin fondo del que ahora se hizo cargo el Estado argentino.
fuente:www.ambito.com
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